viernes, 1 de abril de 2011

miércoles, 30 de marzo de 2011

Equipaje de mano

Tanto esperar y al final lo de siempre, cerveza con una tapa de ensaladilla, llegar aún nervioso a todas las citas o hacer a última hora las maletas. ¿Por qué no cabe nunca todo ahí dentro? Parece que sea otro reflejo más de nosotros. Hay dos opciones o expulsar fuera algo u oprimirlo y llevarlo dentro con nosotros hasta que al abrir desatemos las correas que ahogan los cuellos. Perdemos ropa interior en batallas lejanas, calcetines por caminos que no conocíamos y las arrugas de las camisas nos dejan cicatrices en el pecho.

Así son los viajes y no las visitas; esas sólo son una bofetada de sorpresa o de espabilo, mientras los otros se hunden en la piel hasta el punto de que allí donde vamos algo nuestro se queda y cuando regresamos descubrimos en el espejo que no somos los mismos.

A veces, incluso, tanto tránsito nos deja inmersos en cierta esquizofrenia que no nos deja saber qué viaje es el de ida y cuál es el de vuelta.

martes, 22 de marzo de 2011